Ikigami – The Ultimate LimiT -Manga

¿Y si un día un enviado del gobierno llamase a tu puerta para comunicarte que, debido a una ley instaurada en tu país, morirás al día siguiente? ¿En qué emplearías tus últimas horas de vida? ¿Las pasarías con tus seres queridos? ¿Enmendarías los errores del pasado? O, por el contrario, ¿Te vengarías de aquellos que en un momento dado te hicieron la vida imposible? Ikigami – The Ultimate Limit nos invita a plantearnos estas cuestiones mientras acompañamos a Fujimoto, un encargado de entregar los Ikigami, o comunicados de muerte, a sus desafortunados conciudadanos.

En un futuro próximo, se ha instaurado una nueva ley con el fin de asegurar la prosperidad de Japón. Cuando los niños ingresan en la escuela primaria, con tan solo seis años de edad, el acto de inauguración del primer curso finaliza con la llamada Vacunación por la Prosperidad. En ella, los nuevos alumnos reciben por ley una vacuna un tanto especial, pues una de cada mil inoculaciones va acompañada de una cápsula que provocará la muerte del desafortunado receptor entre los 18 y 24 años de edad. Con este curioso incentivo, se pretende que los jóvenes desarrollen un gran aprecio por la vida causado por el miedo a morir, y que lo den todo de sí mismos, para que el día de mañana los que sobrevivan se conviertan en unos buenos ciudadanos. Este planteamiento podría parecernos absurdo, pero el caso es que parece estar dando sus frutos…

Tras asistir a una de estas vacunaciones, nos trasladamos junto a Fujimoto, un joven que ya ha superado con éxito el periodo de peligro, y que está recibiendo sus últimas lecciones para convertirse en Ikigami, un mensajero que informa a los desafortunados que tienen la cápsula en su interior de que ha llegado su hora. Durante el transcurso de la clase, uno de sus compañeros expresa su disconformidad, expresando en voz alta algo que muchos piensan: este sistema carece de justicia, pues en la mayoría de casos los que mueren resultan ser ciudadanos modelos, que no se merecían tal destino. A consecuencia de su rebeldía, el joven es rápidamente retirado de la clase, y el profesor advierte al resto de asistentes que todos aquellos que expresan lo que él califica de ideas corruptas reciben una inyección con la cápsula, siendo eliminados del sistema.

Poco tiempo después, Fujimoto se encuentra trabajando como mensajero de los Ikigami en una sección municipal, y recibe por fin su primer encargo. Así descubrimos que a principios de mes, llega un sobre enviado por parte del Departamento de Sanidad, en el que se informa de quienes son los que van a morir en los próximos días. También se nos explica el por qué de avisar con tan solo 24 horas de antelación: puesto que las familias de los fallecidos reciben una compensación económica (una especie de pensión vitalicia), se trata de minimizar al máximo los daños que pueda ocasionar la persona al saber que va a morir, pues llevada por la desesperación podría perpetrar alguna clase de crimen, lo que privaría a su familia de esta pensión, además de convertirlos en repudiados sociales.

Y no podía existir mejor ejemplo para corroborar esta hipótesis, que la primera historia que se nos presenta en este tomo, pues el receptor del Ikigami es un joven de 20 años que durante el instituto sufrió abusos por parte de los macarras de su clase, lo que le llevó a abandonar los estudios y le dejó unas graves secuelas, tanto físicas como emocionales. Desesperado porque le haya tocado morir, sabiendo que hay gente que se lo merece más que él, decide emplear sus últimas horas de vida en vengarse de aquellos macarras. Al redactar el informe, Fujimoto se pregunta si de no haber recibido el Ikigami, esas agresiones no habrían ocurrido, y las dudas comienzan a atormentarle.

Pero no todas las historias nos mostrarán estas consecuencias, pues en el segundo caso, asistiremos al intento de un joven, cuya carrera musical no acaba de despegar, de reconciliarse con un amigo, junto al que formaba un dúo musical que actuaba en la calle, y del que se separó al ser el único reclutado en una agencia para talentos. Al final de este episodio asistiremos a un momento muy emotivo, en el que las palabras del joven músico llegarán a oídos de su ex-compañero, que en ese momento se encuentra ingresado de gravedad en un hospital tras un accidente laboral. Así mismo, durante este episodio, se nos desvelarán algunos de los entresijos de la manipulación de los datos de las personas vacunadas, y como es posible que no se conozca de antemano la identidad de las personas que van a morir, hasta que llegue el momento de comunicárselo.

En esta obra Motorô Mase nos plantea un futuro no tan lejano en el que el gobierno tiene pleno control sobre las vidas de los ciudadanos, pues el miedo a morir jóvenes hace que sean dóciles y se conviertan en miembros productivos de la sociedad, al mismo tiempo que acallan las voces y minan la libertad de expresión, pues si bien muchos son los que piensan que esta ley es excesiva, incluídos los propios trabajadores que hacen esto posible, sea cual sea su nivel de implicación en el proceso, saben que si lo expresan en voz alta las consecuencias pueden ser terribles. El autor nos deja la sensación de que sólo los más poderosos parecen creer que esta ley es necesaria para asegurar la prosperidad social y económica de un Japón que había estado a punto de tocar fondo.

Nos encontramos frente a un manga que se podría clasificar de imprescindible para todos los amantes de un buen seinen. Este manga nos hará reflexionar sobre el valor de la vida, mediante historias llenas de dramatismo y desesperación, aunque en algunos casos nos sorprenda la entereza y resignación que muestra el receptor del Ikigami, y que seguro hará que más de uno de los lectores se plantee cual sería su reacción en caso de recibir uno de estos comunicados. Este título, que por el momento lleva tan sólo cuatro tomos recopilatorios en Japón, el último de ellos publicado en Septiembre (a pesar de estar serializándose en la Young Sunday de Shogakukan desde 2005), es, sin duda, todo un acierto por parte de la editorial Panini, que no podía traernos una edición mejor: un tomo de 216 páginas en blanco y negro, en un lujoso formato cuyas medidas son 16’5×23 cm (un poco mayor que un A5), con sobrecubiertas, por un precio de 9’95 €. Como bien reza la contraportada del manga “¡He aquí un drama llevado al extremo que te hará encoger el alma!”.

~ por shinigamishinden en abril 19, 2008.

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